Os voy a contar mi versión sobre los Reyes Magos. Cuentan que la primera vez que los Reyes se encontraron, cada uno iba en un medio de transporte diferente. El primero, montado en elefante, el segundo en camello y el tercero, a caballo. Haciendo juntos el camino se dieron cuenta que era muy incómodo para los tres. Al rey que estaba encima del elefante le dolía la espalda de agacharse para hablar. El rey que cabalgaba tenía el cuello fatal y el que montaba en camello estaba mareado de mirar hacia arriba y hacia abajo. ¿Qué solución podemos darle a este problema? - Preguntó Melchor- Pues ponernos de acuerdo y ver que es lo más conveniente para un viaje tan largo.- Contestaron los otros dos-. Primero pensaron en el caballo, porque era rápido, después en el elefante ya que era fuerte y resistente y por último eligieron al camello. Desde entonces todos los años vienen a España montados en ellos. También cuentan que antiguamente Melchor traía ropa o zapatos, que Gaspar dejaba unos frutos secos y que a Baltasar le tocaba el mal trago de dejar carbón a los niños y niñas que no habían sido todo lo bueno que se esperaba de ellos. Al menos podrían usar en casa el carbón para el brasero. Pero pasó el tiempo y los papás y las mamás mejoraron su economía familiar y compraban todo lo que necesitaban sus hijos e hijas . Así fue como los Reyes comenzaron a traer juguetes. Ya por aquel entonces en las casas se usaba la electricidad y el gas butano para cocinar, y los Reyes pensaron que el carbón no era necesario. Ellos saben que los niños y niñas a veces no obedecen o hacen travesuras, pero que después se arrepienten con el propósito de no repetirlo. Por ello, los Reyes Magos inventaron la receta del carbón dulce, hecho de agua y azúcar, para advertir a los niños y niñas que lo saben todo, pero que aceptan sus disculpas y sus propósitos de mejorar día a día.
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